Evasión de impuestos en México genera pérdidas de ingresos cercanas a 4 puntos del PIB

Expertos en temas fiscales de la OCDE, Cepal y BID coincidieron en que la evasión y elusión son puntos medulares para atajar en una estrategia de cambios tributarios que no impacte la recuperación económica ni el atractivo de la región a la inversión.

Yolanda Morales| Foto: Shutterstock|  El Economista|22 de abril de 2021, 12:04. La tasa de evasión en el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF) en México es de 18.7 por ciento. Una tasa que es equivalente a pérdidas de ingresos tributarios de 0.8% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), así como el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID).

Información contenida en las Estadísticas de Ingresos Tributarios 2021, muestran también que la tasa de evasión relativa al impuesto de sociedad en México está en 19.9%, que supone pérdidas de ingresos tributarios superiores al 4% del PIB.

En el lanzamiento del documento, durante el Seminario Regional de Política Fiscal que este año completa su edición número treinta y tres, expertos en temas fiscales de los citados organismos internacionales coincidieron en que la evasión y elusión son puntos medulares para atajar en una estrategia de cambios tributarios que no impacte la recuperación económica ni el atractivo de la región a la inversión.

Pacto Fiscal
Al inaugurar el Seminario, el Director de Desarrollo de la OCDE, Mario Pezzini, puso de relieve la importancia de avanzar en un nuevo pacto fiscal en la región, donde las grandes empresas multinacionales participen para apoyar a los países impactados por la pandemia, donde también estas empresas han generado ingresos.

Ahí mismo, la Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, explicó que la pandemia y su impacto en la región ha dejado expuesta la desigualdad así como las grandes brechas estructurales de la región. De ahí el llamado a un pacto fiscal amplio que permita respaldar a los hogares y empresas en las siguientes fases de la pandemia mientras se amplía la red de protección social y la mejora en la calidad de los servicios públicos.

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